viernes, 14 de enero de 2011

¿Dulce o amargo despertar?

Hoy he tenido un sueño que me ha roto el corazón.

Habían pasado los años, era el día de tu boda. Yo estaba allí, minutos antes de que empezara la ceremonia y me colé en la estancia dónde estabas para desearte suerte y darte todo mi apoyo. Fue en ese momento cuando me dio un vuelco el corazón, me quedé atrapada en el cielo azul de tu mirada, incapaz de pronunciar palabra... no sabía cuanto te amaba hasta que no te ví vestido con traje, indudablemente arrebatador y con tus ojos expresando ilusión y felicidad, no sabía cuanto te amaba hasta que no me dí cuenta de que estaba a punto de perderte, que estabas a punto de casarte con otra mujer. Tú sonreíste y me abrazaste, quizás agradeciendo el que yo estuviese allí, como hacen las buenas amigas... Amiga... cómo dolía esa palabra ahora. Ahora que sé que es demasiado tarde, ahora que no puedo evitar que las lágrimas sean derramadas recorriendo mis mejillas. Me miraste con gesto preocupado al darte cuenta de mis sollozos, preguntandome qué me pasaba. A lo que yo respondí con un simple y sincero "Te quiero", que llegaste a captar con todo su significado, mucho más que amistad. Ambos nos quedamos en silencio. Me sentía fatal por haberme dado cuenta tan tarde, por decirlo ahora y con un: "Lo siento", seguido de: "Creo que tenías que saberlo, aunque ya no signifique nada, aunque sea demasiado tarde... Espero que seas muy feliz" ; salí de allí apresuradamente después de regalarte una dulce y triste sonrisa. No sabía por qué, pero me quedé allí, en una esquina, camuflada entre los invitados. Llegó el momento, la hora de decir "sí quiero", un silencio sepulcral reinaba en la sala, un silencio que duró demasiado... que en menos de tres segundos hizo que crease falsas esperanzas y finalmente, un "sí quiero" salió de tus labios. Cerré los ojos, respiré hondo, por un momento noté que el vestido me apretaba demasiado, me dejaba sin aire. "Si alguien tiene alguna razón para oponerse a esta unión que hable ahora o calle para siempre". En menos de un segundo me imaginé un montón de escenas, hablando en vez de callar, una mínima oportunidad de que el matrimonio no se realizase. Abrí los ojos, los cuales se encontraron con los azules que tanto amaba. Quizás esperaba a que hablases, quizás quisieras o quizás tuvieses miedo de que lo hicera, quizás te sentías agradecido de que no me hubiese ido, si algo sabía es que tu mirada reflejaba duda. Sonreí mientras negaba con la cabeza, yo no era nadie ni tenía el derecho para oponerme a la que probablemente fuese una de las decisiones más importantes de tu vida, a la oportunidad de que fueses feliz... Había cumplido, había estado en la boda de mi mejor amigo, a tu lado, ahora era mi turno, el de marcharme, mi alma y mi corazón no podrían aguantar el festejo que vendría a continuación. Con un suspiro que resonó en toda la sala, desaparecí con mi vestido nuevo, sabiendo que aquella mujer debería haber sido yo.

Sé que todo ha sido un sueño porque ahora estoy despierta, porque las personas que ví en mi sueño eran de una edad más avanzada, pero podía reconocernos perfectamente. No sé si alegrarme porque era sólo eso: un sueño, o por el contrario, entristecerme y odiarme a mí misma por no ser capaz de afrontar la verdad y ni tener el valor de decirte que te quiero.



Aline~




Creative Commons License
Nuits de mélancolie by Kissa is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
Based on a work at nuitsdemelancolie.blogspot.com.

No hay comentarios:

Publicar un comentario