miércoles, 15 de diciembre de 2010

Estupidez (Parte 2)


No sabía explicar como me sentía en aquel momento, con millones de sentimientos agolpando mi cabeza y mi corazón, con todos los recuerdos proyectados en mi mente en forma de fotografías a gran velocidad. ¿Qué hacía aquí? ¿Por qué había vuelto? No sabía si sentir terror, tristeza o sorpresa, o todas a la vez. No sabía la razón por la cual había decidido venir aquí, al merendero del parque, donde hacía 6 meses... ¡6 meses! ¡Qué rápido pasaba el tiempo¡ El lugar en el cual... mi cara golpeó contra el barro seco del suelo. Me estremecí sólo de recordarlo.

Y aquí estaba frente a mí, observandome, pero esta vez su gesto era tranquilo, lleno de dolor y quizás algo de tristeza. Sus ojos, azules como el más hermoso cielo de la mañana, brillaban con intesidad buscando la manera de encontrarse con los míos. Dio un paso hacia delante. De forma automática yo retrocedí tres, apretando los puños con la fuerza que fuí capaz. Dio otro. Yo otros tres, obviamente, hacia atrás. Finalmente, pareció darse cuenta de que a cada paso que diese, yo me alejaría tres veces más, por lo que se quedó inmóvil, en silencio.

El viento se abrió paso entre los árboles, hizo sonar las hojas y ondeó ligeramente nuestras ropas.
Éramos dos personas bajo el sol primaveral que no habían esperado volverse a encontrar.
-Lo siento... - un suave susurro fue emitido por sus labios, tan suave que parecía que había sido el sonido del viento quien me había jugado una mala pasada y sólo había sido imaginación mía - De verdad que lo siento...
- ¿Q... Qué? - pregunté con un hilo de voz, ni siquiera sabía de donde había sacado el valor y las fuerzas para pronunciar si quiera una sóla palabra.

-Que no sabes como me arrepiendo de lo que hice... todavía no encuentro las razones o motivos por los que lo hice; no entiendo que se me pudo pasar por la cabeza... yo nunca había sido así, jamás me imaginé capaz de hacer daño a nadie y mucho menos a tí.
-Pero lo hiciste. - intenté contener mis lágrimas, que amenazaban por derramarse por mis mejillas.

-Lo sé y no sabes como me arrepiento. No hay día que no me atormente por ello, durante estos seis meses he tratado de encontrar una explicación o cualquier otra cosa para que me puedas perdonar, pero es imposible... ni siquiera me lo merezco, no puedo pedirte esto.

-¡¿Por qué estás aquí?¡ ¡Joder! ¡¿Qué haces aquí?! - me mordí el labio inferior con fuerza, con los puños cerrados y esta vez derramando un mar de lágrimas.

-Todos los días paso la tarde aquí esperando encontrarte, saber cómo estás y poder pedirte perdón. Ahora que ya lo he hecho, no tengo de qué esconderme, seguramente algún reformatorio estará esperandome.

-No, no te espera nadie, le dije a mis padres que no recordaba nada, sólo que me caí, obviamente no me creen pero... no tienes de qué preocuparte.

-¿Por qué has dicho eso? ¿Por qué lo has hecho? ¿Acaso no me lo merezco? Dame una sola razón por la cual no quieras que esté dónde debo estar.

-Porque cometiste un error, uno muy grande. Y porque te quiero.

-No digas eso, no merezco esas palabras...

-No se puede negar lo evidente. No debo engañarme a mí misma.

Esta vez ya no supo conestar, volvió a quedarse en silencio, con la mirada clavada en alguna parte del suelo, con gesto arrepentido.

-Me voy, muy lejos. Espero que olvides todo lo que ha pasado y que llegues a ser feliz. - comenzó a caminar de camino a la entrada del parque, como dijo, para marcharse.

¿Cómo se atrevía después de todo lo que me había hecho pasar? ¡No tenía el derecho de irse! No lo tenía, no podía dejarme otra vez.

-¡No te vayas! - corrí hacia él lo más rápido que pude logrando tocar ligeramente su hombro.

Se giró bruscamente, sus ojos llorosos lograron clavarse en los míos y no tardaron en empezar a derramar lágrimas.

-Tengo que hacerlo... ¿No lo entiendes? Dame un razón por la cual no deba irme... - su voz transmitía un inmenso dolor.

-Ya te lo he dicho. Porque te quiero... - supongo que ni siquiera lo pensé, me tiré a sus brazos, lo abracé con todas mis fuerzas, apoyé mi cabeza en su pecho, respirando su olor, ese que tanto añoraba.

No dijo nada, pero noté como sus brazos me rodeaban la cintura, como sus manos acariciaban mi espalda, como apoyaba su cabeza contra mi pelo.

-Pégame... - me susurró al oído.

-¿Cómo? - pregunté desconcertada.

-Que me pegues. Venga, pégame. Me lo merezco.

-Pero... yo no puedo hacer eso, no soy capaz, no quiero hacerte daño, aunque bueno, dudo que lo haga.

-¿Quieres que me quede? Pégame.

- ¿Me estás chantajeando?

-Llámalo como quieras, no puedo quedarme sin un mínimo de justicia, necesito mi propio castigo, necesito que me odies... no puedo quedarme y arriesgarme a volverte a hacer daño. Te lo suplico, pégame.

-Lo siento, no puedo hacerlo. Sería demasiado egoísta.

-En ese caso... me voy. - comenzó a apartarme lenta y cuidadosamente, como si yo fuese una muñeca tan frágil que a la mínima se fuese a romper.

-¡Nooo! ¡Te odio! ¡Odio no poder odiarte! ¡Odio amarte! ¡Odio perdonarte! ¡Odio perderte! - le dí una torta en toda la cara, no quería hacerlo, pero simplemente se me escapó, se me escapó porque no quería que se fuese, se me escapó de la misma rabia al no querer pegarle, se me escapó porque le quería.

- No es suficiente - susurró.

-¡Odio que no sea suficiente! - comencé a golpear su pecho débilmente, ya no tenía fuerzas para nada, sólo quería que se quedase y cada vez le veía más lejos. Tenía miedo de no volverle a ver. No, no podía irse.

Cuando todas mis fuerzas se agotaron, paré, volviendo a llorar de forma descontrolada. Él se acercó y me abrazó de nuevo.

-Gracias - susurró.

No dije nada, simplemente me dediqué a apartarme un poco, mirarle a los ojos por un instante, para seguidamente ponerme de puntillas y así llegar a sus labios. No fue hasta que estos chocaron con los míos cuando logré en contrar por fín la paz y satisfacer la necesidad de estar junto a él.




lunes, 15 de marzo de 2010

Alone

Me siento sola, cada vez más sola... el problema es que no puedo quejarme ni reprocharselo a nadie, porque me lo he ganado a pulso, dejé que entrases en mi vida, dejé que llenaras el vació de mi corazón, te confié gran parte de mí y ahora no soy capaz de vivir sin ti.

Los días pasan rápido y a la vez lentos, pero en cada segundo apareces en alguno de mis pensamientos, te has convertido en mi mayor necesidad aunque sepa que eres una rosa con afiladas espinas con las que al final llegaré a sangrar.

Me he aferrado a tus palabras, a tus silencios... y ya no sé como escapar.

Así es como acabo en mar de lágrimas que no podrán esas heridas sanar.

(Es como si fuese un breve fragmento que iría intercalado en alguno de los relatos de Muerte Defectuosamente Perfecta)

sábado, 13 de marzo de 2010

Estupidez

A veces me sorprendo de los estúpida que puedo llegar a ser, así como mi inocencia. Todavía recuerdo aquella noche fría y oscura en el parque. Te esperaba sentada en uno de los merenderos del lugar exacto del encuentro, pero tú nunca apareciste, me quedé completamente sola.

Dijiste que lo sentías mucho y que querías verme, mis padres me habían negado rotundamente verte, pero esa noche como te prometí me escapé de casa con la única intención de encontrarme contigo en el lugar indicado.

Era de noche, mis padres dormían, lo único que podía hacer era escaparme por la ventana de mi habitación que daba al jardín, ellos nunca se enterarían o eso pensé...

Llegué al parque y me senté en nuestro banco preferido, mientras apoyaba mis brazos en la aspera y astillosa mesa llena de excrementos de pajaro y restos de comida. Pasaron horas y horas...tú no aparecías. Me sentía una estúpida esperandote helada de frío, mientras millones de ojos que pasaban por allí me observaban desde sitios alejados estudiando todos mis movimientos. Sí, estaba asustado, y lo peor de todo es que pensé que cuando llegases todo estaría bien, no pasaría nada... Pero como siempre me volví a equivocar, apareciste, pero no como yo esperaba. viniste con tu otra personalidad, esa personalidad agresiva y cruel que te caracterizaba cuando te ponías demasiado nervioso o cuando te tocaban mucho las narices...

Yo no hize nada, simplemente esbocé una débil sonrisa pues era agena a todo ello, no me dí cuenta hasta que recibí el primer impacto y mi cabeza chocó contra el suelo... Tú me gritabas, sé que tus palabras hacia mí no eran lo que se decía muy bonitas, pero estaba aturdida y asustada, y no entendía nada. Me habías estado utilizando y manipulando, habías estado jugando conmigo... Venía totalmente dispuesta a perdonarte, pero lo volviste a hacer, me volviste a golpear, pero esta vez mucho más fuerte y con más intención de hacer daño...

Así es como trás unas cuantas patadas de más, me dejaste tirada en el suelo, con la cara ensangrentada y llena de barro seco. Para colmo empezó a llover, y pude imaginarme a mi misma desde otros ojos mirando desde el suelo, mirando un frágil y pálido cuerpo tirado en el suelo, el cual no recogieron hasta dentro de tres días.

Ahora me encuentro en un lugar lleno de máquinas y señores con batas blancas, no paran de hacerme pruebas y me miran con cara asustada. ¿Qué me ha pasado? ¿Qué tengo? ¿Por qué no pueden oírme cuando les trato de hablar? Todo es silencio y tristeza; los ojos de mis padres están vacíos y llenso de lágrimas de tanto llorar...¡¿Pero es que no ven que estoy bien?!


Creative Commons License
Nuits de mélancolie by Kissa is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
Based on a work at nuitsdemelancolie.blogspot.com.

jueves, 11 de marzo de 2010

Muerte perfectamente defectuosa (Continuación de muerte defectuosamente perfecta)

Trás dos meses, ya no vuelves a mi cabeza, ya no apareces, creo que he conseguido olvidarme de tí... y lo peor de todo es que pensé que esto iba a ser lo mejor, pero como siempre, me he vuelto a equivocar, he vuelto a tropezar con las propias mentiras que rondan mi cabeza...

Las noches ahora son frías sin tu abrazo, y oscuras, más oscuras y siniestras que nunca, ya nadie consigue calmarme trás una gran pesadilla como hacías tú... y es inevitable para mi garganta soltar un grito ahogado a altas horas de la madrugada.

Y aunque me cueste admitirlo te hecho de menos, te añoro demasiado, y es que sin tí no tengo fuerzas para nada, me has creado una necesidad a tus insonoras palabras... ¿Podría llamarse adicción?

No hay un sólo día que no me castigue a mí misma por haberte echado de mi cabeza... ¿Por qué me hiciste caso? ¡¿Por qué te fuiste?!

Las muertes ya no son defectuosamente perfectas , ya no son sencillas, dulces y tranquilas, ahora están llenas de agonía, dolor y sufrimiento, y sobre todo miedo. Miedo porque ya no estás junto a mí, y miedo porque mi alma ya no me quiere a mí, simplemente quiere juntarse contigo, quiere que la lleves lejos, a un lugar seguro y la rescates de estar encarcelada en mi frágil y pesado cuerpo que vaga por el mundo sin destino...

Ahora mis muertes son perfectamente defectuosas no defectuosamente perfectas...
Sólo quiero que vuelvas...


Creative Commons License
Nuits de mélancolie by Kissa is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
Based on a work at nuitsdemelancolie.blogspot.com.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Una muerte defectuosamente perfecta


Aún no recuerdo por qué, aún no recuerdo como, aún no recuerdo nada referente a tí, pero desde hace meses eres el protagonista de mis más preciados sueños en las noches de tormenta, en las noches de paz y tranquilidad, y parte de la noche trás una cruel pesadilla que anula mis sentidos y me crea una agonía e intranquilidad, temor y agobio, que no me deja dormir...

Así es como a la mañana siguiente me despierto, y mirando a la gran ventana situada en mi habitación frente al escritorio lleno de libros amontonados de la tarde y noche anterior de largo estudio trás estudiar para el examen de las próximas horas me pregunto: ¿Quién eres?

Eres alguien con forma humana, alguien dificil de recordar, alguien con gestos y ciertas características que se quedan grabadas en la película de mi mente y en los momentos que menos me espero o menos debería, como pueda ser en un examen o en medio de una extensa explicación por parte del profesor; comienza a darme vueltas por la cabeza en forma de gran pensamiento como si de una película se tratase y alguien desconocido hubiese pulsado el botón del play.

Intento desconectar, intento olvidarme, intento pensar en otra cosa y alejarte de mi cabeza, pero no puedo, ¡No puedo! Algo me lo impide... ¿Alguien es tan amable de explicarme el por qué?

Los segundos pasan, y con ellos los minutos, las horas y días; pero nadie responde, nadie responde la pregunta que siempre formulo en mi mente y yo no hago otra cosa más que pensar en tí, pero llega otra vez la misma cuestión de siempre. ¿Quién eres? ¿Qué haces en mi cabeza? ¿Por qué desvias mi atención ante el mundo que me rodea?

Después de esto, siempre las preguntas desaparecen, pues al llegar la noche, vuelves de forma completa a mi mente, sé que tienes un rostro, un físico y sé como eres en tu interior, y lo más impresionante de todo es que me gusta, me encanta lo que veo...por eso no quiero despertar, porque después de eso no hago más que aroñar algo que no puedo recordar con claridad.

Sólo recuerdo esa amable y preciosa sonrisa que me dice que todo está bien, que estoy a salvo, que nadie puede herirme ni aprovecharse de mí; de ese océano azul brillante de tu mirada que me envuelve en caluroso abrazo y que me arrastra hasta el fondo donde sé que me estoy ahogando pero no opongo resistencia, porque no es una muerte dolorosa ni angustiosa, sino silencio, paz y tranquilidad que me llevan hacia tí...

Sólo son esos caracteres físicos los que puedo recordar, pero la sensación que transmites jamás se va, y sé que es con lo que me tengo que conformar, aunque yo siga queriendo y deseand0 más, no por temas superficiales y materialistas, sino porque me gustaría recordar la forma o tu imagen, algo que me indique que eres real, que estás presente en este mundo, en alguna parte del mundo...algo que me indique de alguna manera, que tengo alguna posibilidad de poderte alcanzar.

Las noches vuelven, y trás tu sonrisa y tú mirada junto con mi respectivo suspiro, todo vuelve a ser paz y tranquilidad...una muerte sencilla e indolora y lo más importante: defectuosamente perfecta.



Creative Commons License
Nuits de mélancolie by Kissa is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
Based on a work at nuitsdemelancolie.blogspot.com.

martes, 9 de marzo de 2010

Realidad distorsionada igual a burbuja de felicidad

Hoy me siento extraña, me veo diferente a mi misma... Y no sabría decir por qué.
Una melodía triste suena en mi ordenador y algunas lágrimas procedentes de mis ojos descienden por mis mejillas trás conseguir escaparse. ¿Será porque añoro algo que nunca he visto o que quizás no exista? ¿O quizás simplemente viva en mi cabeza, en una ilusión creada por mí? O simplemente sea la imagen de algo o alguien que yo misma he difuminado, una realidad que yo he distorsionado para convertirla en perfecta, algo que sé que no existe y algo que sé que no podré aspirar a ello.

La realidad es todo lo contrario a lo que deseamos o buscamos.

PD: Resultará irónico, pero todavía no entiendo por qué me gustan las novelas realistas si siempre me quejo de la realidad y yo misma me invento mi "mundo feliz" o mejor dicho "mi burbuja de felicidad" como si de un libro de fantasías se tratase.

lunes, 8 de marzo de 2010

Y tú...¿Ya encontraste la felicidad?

Dicen que el dinero y la fama no dan la felicidad pero ayudan a conseguirla...Pero vayamos más allá del dinero y todas las cosas materiales. ¿Cuando uno es verdaderamente feliz? La respuesta es difícil de concretar y saber, pero todos tenemos sensaciones y sentimientos...

¿No te ha dado nunca la sensación de que cuando piensas que verdaderamente eres feliz o vas a ser feliz te han quitado la ilusión?

Generalmente nosotros buscamos la felicidad en aquello que no poseemos, aquello que sabemos que podemos tener pero que por ciertas circunstancias no tenemos. En ese momento es cuando llegamos a la conclusión de que no es lo mismo no tener, que tener pero no poder alcanzarlo...

Todos preferimos no tener aquella "cosa" antes que tenerla y no poder alcanzarla.

Y eso es lo más duro de todo, sobretodo aceptarlo. Te hace plantearte en buscar la felicidad de otra manera. ¿Pero como buscarla? Mejor dicho... ¿cómo buscarla y a la vez encontrarla? ¿Vendrá algún día a nosotros? ¿O seremos nosotros los que hallaremos un camino hacia ella? Son muchas las preguntas a las que desgraciadamente no tenemos respuesta...

¿Quizás la verdadera felicidad llegue después de la muerte, cuando se supone que descansaremos en "paz" sea el lugar que sea? Reflexionemos... no es una teoría tan descabellada pues... morimos igual a se acaban los problemas. A lo mejor la felicidad y lo que nos hace estar felices sea los momentos en los que no tenemos ningún tipo de problema... ¿Eso quiere decir que si intentamos solucionar todos nuestro problemas la conseguiremos? Puede ser, pero me parece algo de lo más imposible...

Otra teoría es que la felicidad no existe, simplemente existen las pequeñas alegrías del día a día, o a cada cierto periodo de tiempo...

Yo aún busco mi pedacito de felicidad.

Y tú...¿Ya encontraste la tuya?